La ACIB participa en la presentación del nuevo Plan de Promoción de Seguridad Alimentaria

El pasado viernes, 7 de junio, se celebró el Día Mundial de la Seguridad Alimentaria bajo el lema ‘Inocuidad de los alimentos; preparémonos para lo imprevisto’. Al acto, celebrado en Can Campaner, acudieron cerca de un centenar de personas entre representantes de las principales asociaciones y empresas alimentarias, de restauración, asociaciones y expertos en Seguridad Alimentaria. La Asociación de Celíacos de las Islas Baleares (ACIB) fue una de las invitadas a la mesa de debate, a la que acudió su presidente, Juan Antonio Oliva. Durante la jornada, promovida por la Organización Mundial de la Salud (OMS), la ACIB intentó dar respuesta a una serie de cuestiones que se plantearon.

La primera de estas cuestiones fue qué conciencia hay en las Islas Baleares en relación al estado actual de la seguridad alimentaria. En nuestra intervención, dejamos para la reflexión la consecuencia de la insularidad de nuestro territorio y que producimos solo el 15 % de lo que se consume, en cuanto a lo que la acepción de la seguridad representa en la disposición de los alimentos y el peligro latente de que un fallo en su inocuidad lo pueda agravar. Respecto a la cuestión base que se quería analizar, la inocuidad, la población en general tiene mayor consciencia respecto a la necesidad de que la misma sea una garantía en cualquier establecimiento que pueda servir o distribuir alimentos. Pero no es lo mismo tener mayor consciencia que tener información o formación sobre ese tema. Solo los consumidores con necesidades especiales, como somos los celiacos o las personas con alergias y/o intolerancias, tememos un plus de formación especifica gracias a la labor de las asociaciones como la ACIB.

La falta de inocuidad no solo se da sobre la contaminación de los alimentos, por agentes físicos, químicos, o biológicos, si no también para los consumidores con necesidades especiales, como los celiacos, que pierden la inocuidad con la presencia de gluten, lo cual no ocurre con la población no afectada de celiaquía. La inocuidad debe garantizarse para toda la población.

Ante la cuestión de qué opinión tiene del sistema público de cualificaciones o puntuaciones sanitarias de los establecimientos rating, para la ACIB es una medio de información al consumidor general, en la que de un vistazo al escaparate del establecimiento sabe si puede consumir en su interior alimentos con un mínimo de garantías de inocuidad alimentaria. Para el consumidor con necesidades más especiales, como las personas que padecen la enfermedad celíaca, le da un plus de garantía al saber que en ese establecimiento se cumplen las medidas sanitarias exigibles para dicha inocuidad. Si a ello le añadimos que la ACIB interviene en la valoración de ese mismo establecimiento, mediante asesoramiento continuo sobre la enfermedad celiaca otorgando el sello FACE Restauración gluten free, es un extra de seguridad que la población tanto general como de necesidades especiales se pueden beneficiar.

Por este motivo, la ACIB tiene una opinión muy favorable sobre la implementación del rating, así como del que está en marcha promovido por la Conselleri de Salut, Qxq, ya que nos parece una herramienta que puede beneficiar tanto a los consumidores como a los empresarios del sector Horeca.

En relación al lema de este año, ‘preparemos para lo imprevisto’, la cuestión que se planteó fue qué impacto para las Islas Baleares tendría un brote alimentario, con muchos afectados, de gravedad, y proyección internacional. Para esta pregunta, la ACIB entiende que las consecuencias, además de las sanitarias obvias, serian económicas principalmente, con perdida de imagen exterior, indemnizaciones de los seguros que dispararían durante los siguientes años, las pólizas de responsabilidad civil, por lo que sería negativo para ambos sectores. Merma en diversidad de tipos de alimentos, dada la singularidad del archipiélago balear, que para los celiacos, alérgicos, etc. sería agravar la situación ya que el pan siempre es una garantía de seguridad alimentaria a la que una persona celiaca no puede recurrir.

La cuarta pregunta a la que intentamos dar respuesta fue cómo nos afectan los nuevos modelos de elaboración y suministro de alimentos que demanda la sociedad, como el comercio en la web, chef a domicilio, elaboración en domicilios privados y los nuevos hábitos de consumo. La ACIB opina que no debe haber ningún problema con ningún modelo, siempre y cuando se mantenga el mismo control de información y control sobre los ingredientes, formas de preparación y cocinados, así como la declaración de trazas obligatorias. El consumidor debe poder elegir qué comer, cómo comerlo y dónde comerlo y debe tener seguridad e inocuidad en todo momento y en cualquier escenario y con cualquier producto apto para le consumo.

La última pregunta de la jornada fue sobre los problemas para encontrar personal cualificado y cómo está afectando a la seguridad alimentaria. Según nuestra experiencia en la formación sobre enfermedad celiaca al sector Horeca, ACIB entiende que la industria necesita personal formado y que la administración debe poner sobre la mesa oferta reglada de formación. Además, para que esta se tome en serio, se debe de exigir para el ejercicio de las distintas especialidades en la hostelería el disponer de esa formación. Incluso para poder montar un restaurante debe de estar al frente del mismo, en todo momento, un titulado superior en Hostelería.

ACIB entiende que si existe una formación reglada y especifica en todo el sector Horeca, mas un sistema de autoevaluación con validadores externos que lo revisen periódicamente, la inocuidad alimentaria estaría más controlada y el riesgo se minimizaría al máximo. Los enfermos celiacos, además de otras patologías como las alergias, podrán participar de la vida mediterránea alrededor de una mesa, junto con el resto de consumidores comunes, en la práctica totalidad de la restauración en Baleares.